Y de repente aparece alguien con quien la vida se hace más simple y al mismo tiempo más grandiosa; el tiempo se acelera y se detiene en un mismo momento; las pequeñas cosas de la vida se vuelven las más grandes y te enseña que el amor siempre suma y nunca resta.

Aprendes que la verdadera libertad en una pareja radica en reducir el individualismo sin quitar la independencia, porque eso es lo que hace el amor verdadero: te libera. Al final el amor que vale la pena te llega de sorpresa cuando menos te lo esperas y te aporta aún más alegría a tu vida. Uno que se va construyendo poco a poquito y sin siquiera saberlo.

Porque al final del día, uno nunca sabe si algún día de diciembre en una calle va a encontrar a una persona con quién va a querer compartir más aventuras, más momentos y sobretodo más vida!